Encuentro de los mares

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Detrás de cada pescado, hay una historia del mar. Y en Tres Peces nos la cuentan

 

Chile baña su larga franja de tierra con las aguas del océano Pacífico, pero contrariamente a lo que se pudiera pensar el consumo de pescado es casi residual y basado repetidamente en las mismas especies. La periodista Meyling Tang y los cocineros Cristián Gómez y Paula Báez decidieron cambiar esa dinámica y de esa convicción nació el primer restaurante de pesca sostenible de Chile, Tres Peces

Producto proveniente de pesca responsable, abastecidos 100% de pesca legal y trabajando mano a mano con los pescadores, los tres socios fundadores de Tres Peces han creado en su Valparaíso natal una experiencia única, no solo gastronómica sino también de pesca sostenible y de dinamización a la comercialización de los productos del mar. Y todo en un país en el que el consumidor final “no tiene cultura de pescado”, como reconoce la periodista especializada en pesca y socia de Tres Peces, Meyling Tang. 

Con más de 92.000 pescadores artesanales y siendo una de las flotas pesqueras más activas mundialmente, Chile no dispone en cambio de “una red logística capaz de abastecer de pescado a toda la población porque – según Tang- no se ha ordenado el mercado nacional”. Es por ello que desde Tres Peces se trabaja directamente con las caletas, como son llamadas en Chile las lonjas de pescadores, para poner así en valor el esfuerzo del pescador y la calidad del producto. 
Esa relación directa con el pescador es la base de toda la filosofía que hay detrás de Tres Peces: conocer y respetar el origen del producto. Solo así, defienden los tres socios, irá inoculando en el consumidor la importancia de conocer los productos del mar autóctono, de respetar las vedas, etc. “En Tres Peces nos gusta contar la historia que hay detrás de cada pescado”, dice el chef Cristián Gómez, y es por ello que invitan a los pescadores a que acudan a su local a contarles a los clientes sus artes de pesca y dónde fue pescado ese ejemplar que se están comiendo. “El pescador es parte de este proyecto y queremos que se sientan protagonistas”, ratifica Paula Báez.

Se valora el producto y al productor, y es por ello que en Tres Peces se trabaja en base a un precio justo y los diferentes pescados de la carta cuestan lo mismo porque, aclara Gómez, “valoramos el esfuerzo que hay detrás de cada captura, yo provengo de familia de pescadores y sé que se sufre igual el mal tiempo, el levantarse pronto y la dureza del mar para pescar una especie que otra”. 

El valor de la cooperación

Tanto desde el restaurante como desde la Fundación Cocinamar, en la que también participan promoviendo el conocimiento y consumo de pescado en Chile, se trabaja también por la cooperación con todos aquellos proyectos que pescadores particulares u organizaciones están llevando a cabo a lo largo de todo el país. “Es importante, y nos gusta, trabajar con toda una red de emprendedores, cocineros, pescaderos…; porque es una manera de compartir conocimiento y ayudarnos mutuamente”, asegura Paula Báez. 

En este sentido, Tang, Gómez y Báez están involucrados en proyectos diversos que abarcan desde el cultivo de la vidriola en el desierto de Atacama o la revitalización del mercado de las algas, productos que después ellos cocinan en Tres Peces. El objetivo final es que “dar a conocer los recursos marinos de Chile porque si el consumidor no los conoce, no los demanda”, afirma Meyling Tang. 

Tres Peces es, pues, un aparador de todo ese producto del mar de Chile, como el pulpo, el jurel o el bacalao del archipiélago Juan Fernández, una zona que básicamente es conocida por la langosta pero con un potencial marino riquísimo; pero es también la demostración que se puede ser un restaurante de éxito apostando por una pesca sostenible y mano a mano con el pescador.  

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