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El IVA del pescado debe bajar "por la salud de todos"
Javier Garat, secretario general de Cepesca; Maria Luisa Álvarez, directora de Fedespesca y Agnes Leewis, directora de la Oficina de Pesca de Holanda, moderados por Benjamín Lana, presidente de la división de Gastronomía de Vocento, abordan las soluciones a cómo aumentar el consumo de pescado en una ponencia patrocinada por la Junta de Andalucía.
Pese a que cada uno de los participantes en el debate ha desgranado la situación de la industria del pescado desde su posición y organizaciones, se han compartido puntos de vista sobre cómo aumentar el consumo de pescado. Entre ellos la necesidad de inversión privada y pública en campañas de comunicación, la introducción de medidas gubernamentales como la reducción del IVA -con ejemplos en otros países-; la solución a la falta de relevo generacional con la creación de una formación especializada, la accesibilidad del consumidor a la variedad y usos culinarios del pescado y la positiva repercusión de la ingesta de pescado en la salud.
Como avanzábamos, los participantes en esta mesa redonda han sido Javier Garat, secretario general de Cepesca; Maria Luisa Álvarez, directora de Fedespesca y Agnes Leewis, directora de la Oficina de Pesca de Holanda. El asesor culinario y chef especialista en túnidos y pescado azul, J. Carlos Clemente -previsto inicialmente en el programa del debate-, finalmente, no ha podido estar presente en la charla por problemas técnicos en Canarias, lugar desde el que se realizaba la conexión.
El tema de la mesa redonda no era baladí: en los últimos años el consumo de pescado ha descendido entre un 15 y un 20%. Maria Luisa Álvarez, directora de Fedespesca, tomaba en primer lugar la palabra para completar el porcentaje “Actualmente tenemos registradas unas 10.000 pescaderías tradicionales en España, cuando hasta hace unos años éramos 15.000”. Las razones las exponía a continuación “la competencia con las grandes superficies -que tienen un mayor poder inversor-, la falta de relevo generacional y el cambio de hábitos en una población joven que se jacta de no saber ni cocinar ni comprar”. Pero, aunque el panorama no se presentaba halagüeño, Mª Luisa señaló que con la pandemia parecía que había habido un mayor apoyo al comercio local “en el que se apuesta por el producto fresco y la diversidad de especies” y que a modo de mensaje positivo, era cierto que se habían introducido ciertas innovaciones, como las degustaciones en los puntos de venta -para que el cliente pudiera probar y conocer el producto- pero que se echaban de menos más apoyos institucionales. “Todo el mundo dice que hay que comer más pescado porque es más saludable, pero se invierte poco. No es normal que el IVA de este producto sea el mismo que el de un refresco, se debería reducir el impuesto -al igual que en Reino Unido o Hungría- como producto básico que es”, afirmaba con rotundidad. Entre las soluciones también se consideraron las alianzas con los cocineros ya que al fin y al cabo “son un vínculo con el comensal”.
Por su lado, Javier Garat, secretario general de Cepesca, apuntaba como era de preocupante que un producto con una de las proteínas más saludables tuviera unas cifras tan preocupantes. “La acuicultura ha aumentado cifras de 2013 a 2019 pero el pescado salvaje ha descendido un 25%”, especificaba. Al igual que su compañera argumentó que estas cifras respondían a cambios en los hábitos de consumo en una sociedad con poco tiempo para comprar y cocinar. De hecho, aseguró “esta pandemia ha demostrado que, si estamos más tiempo en casa, tenemos más tiempo estar en familia, para cocinar y consumir más pescado”. Confesó que la desaparición del FROM había afectado al sector y esgrimió que “los mensajes apocalípticos sobre sostenibilidad” tampoco ayudaban al consumo.
A continuación, ofreció varias medidas para ayudar a aumentar el consumo de pescado como buscar nuevos formatos y facilitarlos al consumidor, aumentar la promoción público-privada, garantizar la trazabilidad del barco a la mesa para ofrecer una información transparente al cliente y trabajar con científicos y gobiernos. En cuanto a los problemas relacionados con el anisakis o el mercurio, aseguró que se solucionaban siguiendo las recomendaciones de organismos oficiales. También habló de microplásticos del que indicó que no había evidencia científica de sus daños a la salud y que si existían “están en el estómago del pescado y eso no se come”. Añadió que una plataforma donde todos los actores de la industria estuvieran en contacto (incluidos armadores) también ayudaría a aumentar el consumo de pescado, así como la reducción del IVA. “En Alemania lo han bajado al 5%, ¿por qué en España no lo equiparan a productos como el pan o la leche, alimentos básicos? Incrementar el pescado en nuestra dieta repercutiría en nuestra salud y por tanto, en el gasto sanitario, una cosa por la otra”, aseveró.
Por su lado, Agnes Leewis, directora de la Oficina de Pesca de Holanda describió la situación de su país. “Las empresas del sector apoyaban la promoción del consumo con una pequeña contribución anual que era obligatoria. Era un porcentaje sobre sus beneficios. Desde 2014 esa tasa dejó de ser obligatoria y como consecuencia, se perdió el apoyo financiero y tuvimos que cerrar puertas”. Sin embargo, esto no la frenó “Me propuse volver a empezar, y por eso estoy aquí, por ahora solo hemos recibido un apoyo voluntario, así que tenemos un pequeño presupuesto de 50.000 euros anuales para labores de promoción. Esta es la perspectiva”. En su intervención destacó que, aunque Holanda no era un gran consumidor de pescado como otros -de hecho, su cuota de consumo ha descendido debido a su precio, de 100 g diarios a 80-, su fuerte residía en la exportación. “Las capturas han ido cambiando en los últimos años porque no hay relevo generacional, además está la energía eólica y el Brexit que no han contribuido positivamente a la flota holandesa. No obstante, esperamos tener éxito con el comercio. Tenemos tradición comercial y de todo nuestro volumen de pescado, el 85% va para la exportación”.
Un elemento al que también se acogen para albergar esperanzas de un mejor futuro pesquero es el de la concienciación, cada vez mayor, de la importancia de una buena alimentación. Un factor que se une a la mala situación por la que pasa la industria cárnica holandesa y que ven como oportunidad “para ofrecer el pescado como una alternativa sana”. Otro de los problemas que Agnes ha detectado es la competencia horaria de las grandes superficies. “Los trabajadores salen a las siete o las ocho, hora a la que las pescaderías tradicionales, pequeñas, están cerradas. Lo único que queda abierto son los supermercados donde la presencia de pescado fresco y de calidad es prácticamente nula. Todo se vende empaquetado. Sí que es cierto que, en estos últimos meses del año, estas pequeñas pescaderías han tenido un pequeño aumento de ventas. El cliente compraba más piezas enteras porque estaba más en casa, se ha puesto más atención a la alimentación y los restaurantes estaban cerrados”.
Javier toma el turno de palabra explicando que están trabajando en un nuevo proyecto relacionado la asociación de productores. A su vez destaca la labor de Educa Sano, promovido por Armadores de Vigo. Esta iniciativa trata de introducir la nutrición en los planes de estudio del país al igual que ocurre en Japón. También destaca la necesidad de que la normativa se aplique del mismo modo en todo el mundo y reivindica que hay que cuidar a los trabajadores. “Hace días supimos de la noticia de un barco chino en el que se habían muerto cuatro personas debido a las condiciones a las que estaban sometidas… las tiraron al mar… y este tipo de embarcaciones están compitiendo con nuestra flota y ese pescado está entrando en nuestro mercado. Y no debería permitirse”. Otro aspecto es la gestión “No puede ser lo que está ocurriendo en el Mar del Norte donde apenas quedan zonas para pescar entre la energía eólica o el petróleo”.
Dada la ausencia de Clemente, Benjamín Lana abordó el enfoque gastronómico y destacó la figura del cocinero como herramienta para prestigiar un producto.
Álvarez, de Fedespesca, explicó que se están creando una serie de pescaderías “gastronómicas” en las que se ofrecen degustaciones a la vez que el pescatero asesora y ofrece pautas culinarias. También destaca el acuerdo al que han llegado con la empresa Glovo. “Así ya no hay excusas”.
Por su lado, Leewis, de la Oficina de Pesca de Holanda apuntaba “las tendencias vegetarianas o veganas son un problema y hay que convencerles de que el pescado es una buena alternativa. Con el covid tenemos más argumentos porque el pescado es sano y nos ayudará a estar más fuertes en caso de contagio”.
A lo que Lana añadió “y más sostenible porque ya son muchos los científicos que explican que no será posible alimentarnos solo con vegetales sin destrozar el planeta. Lo verde no es la única solución, hay que combinarlo con la azul.”
“Además de recordar que la cadena pesquera es única, hay que decir que con nuestra compra votamos cada día, no solo cada cuatro años en una urna. Lo que compramos marca un estilo de vida, nuestra salud y qué apoyamos”, finalizó Luisa.