Noticia
Protección y esperanza. Resumen del Encuentro de los Mares 2020
Con 27 ponentes de 11 países, y más de 9.000 registros en sesiones, el Encuentro de los Mares 2020 ha vuelto a congregar, esta vez digitalmente, a la comunidad marina internacional.
Lo comentaba la activista ambiental Alexandra Cousteau en la última ponencia del Encuentro: “Si mi abuelo estuviera aquí, estaría horrorizado al comprobar que no hemos conseguido erradicar el cambio climático contra el que él tanto luchó. Estaría triste de ver cómo están los océanos, pero abrazaría la idea de que aún tenemos tiempo de actuar. Tenemos diez años muy importantes por delante”.
A ello colaborará sin duda el foro de debate iniciado el año pasado por Vocento y que este año, en formato digital por las circunstancias, cierra con los deberes hechos, 1.010 inscritos de 21 países, más de 9.000 registros en sesiones y con la entrega del Premio Sartun (mascota oficial de nombre híbrido entre sardina y atún) a los biólogos españoles Manu San Félix y Enric Sala por el proyecto Pristine Seas (“Mares antiguos, originales”). De National Geographic, busca identificar, proteger y restaurar los últimos lugares verdaderamente salvajes de los océanos, y Sala es su creador.
Pristine Seas ha ayudado a crear 22 reservas marinas por todo el mundo, a conservar la vida del mar. “Cuando un lugar se protege, se recupera la fauna marina y crece la pesca, amén de poder realizarse actividades complementarias como el turismo de buceo, una oportunidad económica incluso más provechosa”, explicaban. En España sin ir más lejos, y sin ser mares prístinos, menos aún el Mediterráneo”, hay 11 reservas marinas decretadas que ayudan a mejorar los recursos pesqueros, el apoyo a la pesca artesanal y la protección de hábitats esenciales.
El congreso ha respaldado esa verdad universal: La naturaleza es sabia, se recupera, y “te devuelve cinco euros por cada euro invertido en su protección. Las reservas producen beneficios económicos, sociales y medioambientales”, explicaba San Félix. La pareja de biólogos desea que en breve la superficie total protegida en el mundo llegue al 30%, muy lejos del 3% actual. “Ahora mismo, del mar solo sacamos, por lo que debe llegar su Neolítico. Pero no hará falta sembrar, ni cultivar -relataba el documentalista-, bastará con esperar y conservar para recuperar y sacar frutos”.
Las reflexiones de San Félix y Sala, y de Cousteau cerraron un congreso por el que han pasado 27 ponentes de 11 países (entre científicos marinos, médicos, técnicos cocineros o pescadores), un crisol de opiniones relevantes que han mostrado preocupación con optimismo. Si se actúa ya, estamos a tiempo de revertir la situación del mar. Opinión compartida.
“Todos somos parte del cambio”
Y solo se revertirá “si todos ayudamos a difundir las buenas prácticas en la materia”, explicaba Cousteau, quien exigía por ejemplo una “cadena de suministro más transparente, para que los consumidores contribuyan a la mejora de los mares y ayuden a los pescadores responsables comprando solo pescado con de clara trazabilidad”. La portavocía de buenas prácticas también la tomaba el chef Quique Dacosta, comprometiéndose a “trabajar más con los científicos para divulgar buenas prácticas y no solo para cómo crear nuevos platos o técnicas”, o el argentino Fer Rivarola (El Baqueano, Argentina), firme en su propósito de aprovechar integralmente todo y todos los pescados.
Ángel León les había precedido y, como gran chef del mar, volvía a demostrar su compromiso con la sostenibilidad. León trabaja con biólogos para preservar el ecosistema de las marismas gaditanas, que está decidido en llevar a la mesa. ¿Su último logro? Crear las palomitas del mar a partir de semillas de juncos marinos. Ejemplificaba la lógica por la que muchos científicos apuestan: aprovechar el mar de manera lógica como fuente de alimentación humana presente y futura. “Dado que el 71% del planeta es océano y solo el 10% de su superficie está dedicada a la ganadería y agricultura, ¿de dónde van a venir en el futuro los alimentos? No hay alternativa en la lucha por la sostenibilidad”, comentaba Manuel Barange, director de la División de Políticas y Recursos de Pesca y Acuicultura de la FAO y uno de los ponentes más prestigiosos de la edición.
No lo eran menos el biólogo marino Carlos Duarte o el ecólogo Boris Wormi, quienes incidían en que “el futuro de la humanidad no vendrá de la agricultura. Vendrá de la acuicultura”. “Hay una oportunidad si hacemos lo correcto”. “Nos encontramos en un punto de inflexión: si ahora hacemos bien las cosas podemos estar a tiempo de revertirlas”. Duarte afirmaba que “podemos multiplicar la actual producción de alimento marino si actuamos rápida y sosteniblemente y relajamos la presión sobre los estocs pesqueros. Si lo hacemos, se podrá recuperar su biomasa en 10 o 20 años”. Recuperar, volver, alimentar con sostenibilidad.
Un congreso con voces de todos los sectores
El Encuentro de los Mares no solo diagnostica desde la generalidad. En él han participado pescadores de mar y de tienda promocionando el consumo y demandando una bajada del IVA del sector incluso al 0%, o médicos loando las bondades del producto marino, como lo ha hecho el cardiólogo del Hospital Universitario de A Coruña Guillermo Aldama. “La hipertensión es la primera causa de mortalidad cardiovascular en el mundo, pero con una ingesta de pescado de dos veces por semana se disminuye la mortalidad por infarto cerebral en un 10% y por infarto de corazón en un 7%”. Aún hay más: “Cambiando el 3% de ingesta de proteína de carne por pescado, la mortalidad por infarto de miocardio se reduce un 30%, y si consumimos más pescado que las dos porciones semanales recomendadas, por cada otros 100 mg añadidos incrementamos esa reducción en un 5%”.
Consejos, ideas, aportaciones desde diferentes puntos de vista que también lanzaban profesionales de la economía azul (empresas de comercialización de algas y de turismo marinero) o técnicos y cocineros de puntos marítimos concretos como el Mar de Alborán o Tenerife. Desde la isla canaria, se lamentaban sin ir más lejos de encontrar atunes asiáticos en sus mercados cuando los hay y de calidad a pocas millas de sus costas. “Es importante informar al consumidor, que sepa de dónde y cómo vienen esos atunes, que sepa lo que tiene aquí la lado”, explicaban desde el Cabildo.
De eso ha tratado este II Encuentro de los Mares, que ha dejado además un mensaje de apuesta por la sostenibilidad y por los productos de la acuicultura. Lo hacía Carlos Duarte: “En el mar el hombre sigue siendo básicamente cazador y recolector, no produce su propio alimento, y no podemos depender únicamente de la captura salvaje si necesitamos alimentar a casi 10.000 millones de personas en 2050”. Es ahí donde entra en juego la acuicultura que, aunque relativamente reciente, aún tiene camino por recorrer. “De los 3.000 organismos marinos que consumimos solo hemos ‘domesticado’ un 15%. Estamos a punto de agotar los recursos terrestres pero los océanos aún pueden abastecernos”.
Hay mucha gente que no permitirá esa debacle. Han estado en el Encuentro de los Mares 2020, lo estarán en el Encuentro de los Mares 2021. La suma a la comunicación global para salvar los océanos.
A ello colaborará sin duda el foro de debate iniciado el año pasado por Vocento y que este año, en formato digital por las circunstancias, cierra con los deberes hechos, 1.010 inscritos de 21 países, más de 9.000 registros en sesiones y con la entrega del Premio Sartun (mascota oficial de nombre híbrido entre sardina y atún) a los biólogos españoles Manu San Félix y Enric Sala por el proyecto Pristine Seas (“Mares antiguos, originales”). De National Geographic, busca identificar, proteger y restaurar los últimos lugares verdaderamente salvajes de los océanos, y Sala es su creador.
Pristine Seas ha ayudado a crear 22 reservas marinas por todo el mundo, a conservar la vida del mar. “Cuando un lugar se protege, se recupera la fauna marina y crece la pesca, amén de poder realizarse actividades complementarias como el turismo de buceo, una oportunidad económica incluso más provechosa”, explicaban. En España sin ir más lejos, y sin ser mares prístinos, menos aún el Mediterráneo”, hay 11 reservas marinas decretadas que ayudan a mejorar los recursos pesqueros, el apoyo a la pesca artesanal y la protección de hábitats esenciales.
El congreso ha respaldado esa verdad universal: La naturaleza es sabia, se recupera, y “te devuelve cinco euros por cada euro invertido en su protección. Las reservas producen beneficios económicos, sociales y medioambientales”, explicaba San Félix. La pareja de biólogos desea que en breve la superficie total protegida en el mundo llegue al 30%, muy lejos del 3% actual. “Ahora mismo, del mar solo sacamos, por lo que debe llegar su Neolítico. Pero no hará falta sembrar, ni cultivar -relataba el documentalista-, bastará con esperar y conservar para recuperar y sacar frutos”.
Las reflexiones de San Félix y Sala, y de Cousteau cerraron un congreso por el que han pasado 27 ponentes de 11 países (entre científicos marinos, médicos, técnicos cocineros o pescadores), un crisol de opiniones relevantes que han mostrado preocupación con optimismo. Si se actúa ya, estamos a tiempo de revertir la situación del mar. Opinión compartida.
“Todos somos parte del cambio”
Y solo se revertirá “si todos ayudamos a difundir las buenas prácticas en la materia”, explicaba Cousteau, quien exigía por ejemplo una “cadena de suministro más transparente, para que los consumidores contribuyan a la mejora de los mares y ayuden a los pescadores responsables comprando solo pescado con de clara trazabilidad”. La portavocía de buenas prácticas también la tomaba el chef Quique Dacosta, comprometiéndose a “trabajar más con los científicos para divulgar buenas prácticas y no solo para cómo crear nuevos platos o técnicas”, o el argentino Fer Rivarola (El Baqueano, Argentina), firme en su propósito de aprovechar integralmente todo y todos los pescados.
Ángel León les había precedido y, como gran chef del mar, volvía a demostrar su compromiso con la sostenibilidad. León trabaja con biólogos para preservar el ecosistema de las marismas gaditanas, que está decidido en llevar a la mesa. ¿Su último logro? Crear las palomitas del mar a partir de semillas de juncos marinos. Ejemplificaba la lógica por la que muchos científicos apuestan: aprovechar el mar de manera lógica como fuente de alimentación humana presente y futura. “Dado que el 71% del planeta es océano y solo el 10% de su superficie está dedicada a la ganadería y agricultura, ¿de dónde van a venir en el futuro los alimentos? No hay alternativa en la lucha por la sostenibilidad”, comentaba Manuel Barange, director de la División de Políticas y Recursos de Pesca y Acuicultura de la FAO y uno de los ponentes más prestigiosos de la edición.
No lo eran menos el biólogo marino Carlos Duarte o el ecólogo Boris Wormi, quienes incidían en que “el futuro de la humanidad no vendrá de la agricultura. Vendrá de la acuicultura”. “Hay una oportunidad si hacemos lo correcto”. “Nos encontramos en un punto de inflexión: si ahora hacemos bien las cosas podemos estar a tiempo de revertirlas”. Duarte afirmaba que “podemos multiplicar la actual producción de alimento marino si actuamos rápida y sosteniblemente y relajamos la presión sobre los estocs pesqueros. Si lo hacemos, se podrá recuperar su biomasa en 10 o 20 años”. Recuperar, volver, alimentar con sostenibilidad.
Un congreso con voces de todos los sectores
El Encuentro de los Mares no solo diagnostica desde la generalidad. En él han participado pescadores de mar y de tienda promocionando el consumo y demandando una bajada del IVA del sector incluso al 0%, o médicos loando las bondades del producto marino, como lo ha hecho el cardiólogo del Hospital Universitario de A Coruña Guillermo Aldama. “La hipertensión es la primera causa de mortalidad cardiovascular en el mundo, pero con una ingesta de pescado de dos veces por semana se disminuye la mortalidad por infarto cerebral en un 10% y por infarto de corazón en un 7%”. Aún hay más: “Cambiando el 3% de ingesta de proteína de carne por pescado, la mortalidad por infarto de miocardio se reduce un 30%, y si consumimos más pescado que las dos porciones semanales recomendadas, por cada otros 100 mg añadidos incrementamos esa reducción en un 5%”.
Consejos, ideas, aportaciones desde diferentes puntos de vista que también lanzaban profesionales de la economía azul (empresas de comercialización de algas y de turismo marinero) o técnicos y cocineros de puntos marítimos concretos como el Mar de Alborán o Tenerife. Desde la isla canaria, se lamentaban sin ir más lejos de encontrar atunes asiáticos en sus mercados cuando los hay y de calidad a pocas millas de sus costas. “Es importante informar al consumidor, que sepa de dónde y cómo vienen esos atunes, que sepa lo que tiene aquí la lado”, explicaban desde el Cabildo.
De eso ha tratado este II Encuentro de los Mares, que ha dejado además un mensaje de apuesta por la sostenibilidad y por los productos de la acuicultura. Lo hacía Carlos Duarte: “En el mar el hombre sigue siendo básicamente cazador y recolector, no produce su propio alimento, y no podemos depender únicamente de la captura salvaje si necesitamos alimentar a casi 10.000 millones de personas en 2050”. Es ahí donde entra en juego la acuicultura que, aunque relativamente reciente, aún tiene camino por recorrer. “De los 3.000 organismos marinos que consumimos solo hemos ‘domesticado’ un 15%. Estamos a punto de agotar los recursos terrestres pero los océanos aún pueden abastecernos”.
Hay mucha gente que no permitirá esa debacle. Han estado en el Encuentro de los Mares 2020, lo estarán en el Encuentro de los Mares 2021. La suma a la comunicación global para salvar los océanos.