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Manuel Barange: “La estrategia para erradicar el hambre y la pobreza se encuentra en la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura”

 

Manuel Barange, director de la División de Políticas y Recursos de Pesca y Acuicultura de la FAO, ha presentado los datos del Informe Sofia 2020 -uno de los estudios más relevantes del sector de la pesca y la acuicultura- en una charla con Benjamín Lana, presidente de la División de Gastronomía de Vocento. 

Este informe se publica en el marco de los objetivos de la FAO, eliminar el hambre y la pobreza, y hemos de tener en cuenta que en los últimos años se ha visto incrementado el porcentaje de población malnutrida. Según explica Manuel Barange, esto es debido a dos factores: las crisis climáticas y los conflictos sociopolíticos. “La estrategia para erradicar el hambre y la pobreza se encuentra en la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura que son una obligación moral”, afirma. Y añade “cabe decir que, de los 30 países mayores consumidores de pescado como fuente de proteína animal, 17 de ellos son lo que la FAO considera países de bajos ingresos y déficit alimentario”. Para Barange, el pescado es alimento, sobre todo, para los pobres. 

Entre los datos más destacados se encuentran los siguientes, segmentados en temáticas. 

Producción 

Las tendencias demuestran que 2018 fue un año histórico, récord para el sector y sus subsectores. La expansión del sector en las últimas décadas ha hecho se ha realizado a todos los países del mundo gracias a los avances. De una producción total, en 2018, de ciento setenta y nueve millones de toneladas de animales acuáticos, 82 proceden de la acuicultura, lo que representa un crecimiento del 25% con respecto a la media de producción de la década anterior y 96 millones son de pesca de captura, lo que se traduce en un crecimiento del 7% con respecto a la década anterior. Este último se debe a la recuperación de la captura de anchoveta en Perú, Chile… Los datos revelan que, así como la pesca de captura se está estabilizando, existe un crecimiento constante en la acuicultura. Pero esto es una tendencia global, si analizamos por países o regiones la tendencia va variando.

A destacar que China es el responsable del 60% de la acuicultura. Y si bien antes países desarrollados como España dominaban la producción del sector, esta tendencia ha ido cambiando en los últimos años en los que Vietnam, Tailandia o Indonesia ocupan los primeros puestos de producción. -

Principales especies cultivadas y capturadas

En relación a las capturadas son la anchoveta peruana fue el récord en 2018, le sigue el colín de Alaska, el atún listado el tercero y el arenque. Las cuatro especies representan más del 60%, en volumen, de todos los pescados capturados en volumen. 

En la acuicultura, las especies más cultivadas son las diferentes especies de carpas -representan el 40%-, el camarón, la tilapia, las ostras y las almejas que son un 10% cada una de ellas. 

Consumo

Consumimos un total de ciento cincuenta y seis millones de toneladas de pescado, moluscos y crustáceos en 2018. Y esto también establece un récord ya que establece que cada persona tiene un consumo de 20kg por año, lo que sitúa la tasa de crecimiento en un 3,1%, el doble de la tasa de crecimiento de la población humana. 

El crecimiento de la población significa que las mejores en el consumo son debido a gran medida a la acuicultura. De hecho, la acuicultura es la industria alimentaria que ha sufrido un mayor crecimiento. Consumimos más pescado cultivado que capturado, pero hay que destacar que no es un remplazo del uno por el otro, sino una oportunidad para contribuir a la mejora nutricional y alimentaria del planeta.

Por otro lado, Barange también ha abordado el tema del pescado que no es utilizado para el consumo humano. Y aunque afirma que lo ideal sería que se pudiera utilizar para ello, destaca que ese volumen de pescado se utiliza para la acuicultura, para alimentación de los peces. Aun así, afirma que la acuicultura no ha provocado un aumento en el volumen de pescado no dirigido al consumo, sino que ha contribuido a ofrecer alternativas a ello. 

Sostenibilidad 

Calculamos que existen unas 2.500 especies de peces, moluscos y crustáceos. De todas ellas, Barange señala “hay muchas que están en buen estado, muchas en mal estado y todas fluctúan entre estos dos estados tanto por razones naturales como debido a la pesca”.  

Desde 1974 la FAO controla muchas de estas especies con lo que les permite estudiar la sostenibilidad biológica. 

Las poblaciones de peces de interés comercial se clasifican entre los que se pescan a niveles sostenibles y lo que están sobreexplotados. Y la tendencia que muestran los gráficos es preocupante, aunque “también se pueden extraer mensajes positivos”, explica el científico. “La fracción de peces que se pescan de manera sostenible ha disminuido (del 90% en 1974 al 65,8% en 2017). Esto significa que el 34%, por número, son pescados de manera no sostenible. Sin embargo, el índice de sostenibilidad ha mejorado en muchas especies por ejemplo en el atún (en casi un 70%)”, indica.

El 79% de los de todos los peces marinos desembarcados, en volumen, proceden de poblaciones sostenibles. “Este es un mensaje que no se dice muy frecuentemente”, apunta Barange. Y destaca que las poblaciones de peces que están sometidas a una gestión eficaz basada en principios científicos son cada vez más sostenibles y van en aumento. Sin embargo, las poblaciones que no se están sometiendo a gestiones eficaces se están deteriorando. Y esta dicotomía que, en principio, divide a los países desarrollados y a los en vía de desarrollo es preocupante para asegurar el alimento. 

Por otro lado, a nivel regional, el Mediterráneo y el Mar Negro, la región sureste del Pacifico y suroeste del Atlántico son las que tienen las tasas de población de peces menos sostenible. Están sobreexplotadas. Sin embargo, las zonas laterales de Latinoamérica han obtenido mejoras.

No obstante, volviendo al Mediterráneo, Barange reconoce que se está haciendo un gran esfuerzo y que en los últimos años ha habido una gran mejora gracias a la Unión Europea o a la Comisión General de Pesca del Mediterráneo. También explica que el Mediterráneo es un mar complicado ya que baña las costas de veinte países y cada uno de ellos posee una situación muy diferente. Y especifica “donde hay conflictos sociopolíticos, la sostenibilidad queda en segundo lugar”. 

“Lo que hay que hacer es poner en marcha políticas de gestión basadas en ciencia y en los lugares que hemos puestos estas medidas en marcha, la sostenibilidad mejora”, apunta. Lo que le lleva al segundo mensaje “la gestión efectiva de los recursos es el único camino hacia la sostenibilidad y la conservación”. 

Acuicultura

El científico recalca el crecimiento de la acuicultura en los últimos años no solo de peces, crustáceos y moluscos sino también de algas. Este crecimiento se sitúa, principalmente, en Asia del que se afirma que “tiene un gran potencial de crecimiento”. 

Aunque la acuicultura se percibe como la gran despensa marina y de la que, siguiendo protocolos de sostenibilidad, se podrá alimentar y nutrir las generaciones posteriores, también reporta problemas como las de “cualquier industria alimentaria”, apunta Manuel. Y añade “sabemos cuáles son y estamos trabajando en ellos”. 

El crecimiento de la acuicultura se produce, sobre todo, en el de la que depende de la alimentación externa (es un 70%). Es cierto que ahora utilizamos menos harinas de pescado, pero también que se aprovechan más otras partes que antes se desestimaban como la cabeza, las escamas, las colas o las espinas y que se han desarrollado diferentes innovaciones.

Esto lleva al tercer mensaje de Sofía “la intensificación de manera sostenible, marcos de gestión adecuados y desarrollo de la cadena de valor son esenciales para permitir que la acuicultura llene una creciente demanda de pescado y de población.

Comercio internacional

El sector pesquero es uno de los más comercializados y por eso, el sector ha sufrido tanto en la pandemia. En 2018, se comercializaron internacionalmente 67 millones de toneladas de pescado. Desde el punto de vista de valor ha aumentado de ocho mil millones a 164 mil millones.

Destacar la importancia de los países en vías de desarrollo en el sector ya que ha ido creciendo en valor. De hecho, los ingresos netos por la producción de pescado superan a todo el resto de mercancías agrícolas combinadas: carne, azúcar, tabaco, arroz… A continuación, el análisis se analiza por regiones, así se explica que América del Norte depende mucho del sector exterior, lo opuesto a China. 
En Europa el 63% del comercio es interno. 

El análisis de estos datos concluye en el cuarto mensaje Sofia, “tenemos que desarrollar aún más las cadenas de valor, porque es un proceso esencial para mejorar el acceso a los mercados y aumentar el comercio mundial. Y esto es necesario porque garantizará la mitigación de la pobreza”.

Condiciones sociales

Unos 60 millones de personas trabajan en el sector primario de la pesca y la acuicultura, el 10% en África y el resto en Asia. Si añadimos el sector secundario de la pesca, esos números se multiplican por dos o tres. En el estudio de la FAO, se concluye que el 10% de la población mundial depende de la pesca y la acuicultura para su sustento. 

También es importante destacar que, aunque representan solo el 14% de los implicados en el sector primario son mujeres, en el secundario son el 54%. Esto pone de relieve una realidad: las mujeres son un componente del sector, a menudo, no visto, no reconocido y, con seguridad, infravalorado. 

Finalmente, el quinto mensaje de Sofia, la sostenibilidad social tiene que estar presente “en toda la cadena del sector desde la producción de las condiciones de trabajo, los programas de desarrollo social, el reconocimiento de los derechos de las mujeres y los pequeños productores y el avance en la seguridad del mar. Recordemos que, sin sostenibilidad social, el taburete de la sostenibilidad no se sostiene”.

En cuanto al futuro, Barange apunta que para el 2030 la acuicultura proporcionará casi el 60% del pescado. Si la sostenibilidad rige, además, la captura podríamos llegar a un crecimiento del consumo de pescado por persona y año de un 4%. 

La ponencia finaliza con las visiones personales del científico encabezada por una reflexión. “Dado que el 71% del planeta es océano y el 29% restante es 10% superficie dedicada a la ganadería y agricultura, 10% bosques y 9% inutilizable, ¿de dónde van a venir los alimentos? No hay alternativa en la lucha por la sostenibilidad”. 

Esas opiniones personales se resumen en: “tener cuidado con las narrativas del mundo occidental; verificar nuestros privilegios; si tenemos cajas de herramientas no solo utilizar el martillo, hay que eliminar el hambre y la pobreza y la lucha vale la pena”

Manuel Barange se despide con un mensaje a los cocineros “pueden ayudar a que se cumplan todos estos objetivos. Juegan un papel fundamental porque son el contacto entre el comensal y la naturaleza. No hay que simplificar los problemas porque si no, se pierde la razón. La lonja va a cambiar, habrá especies que disminuyan la producción y otras que la aumenten, así que hay que acostumbrar al público a comer lo que haya, no solo lo que conoce. Así se apoya al pescador, a la ecología y a la naturaleza”.

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