La economía azul avanza imparable. Piensa en el planeta y sus habitantes y por eso promueve actividades que reconocen el valor de los mares y los océanos como motores de la economía por su gran potencial para la innovación y el crecimiento. 

Al amparo de esa filosofía surgen múltiples ideas de negocio en todas las partes del mundo. Desde empresas que ofrecen a los clientes la posibilidad de vivir la tradición y la cultura pesquera con profesionales del mar hasta las muchas que aprovechan los residuos que ensucian los océanos para fabricar y comercializar productos reciclando el plástico del mar.